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ÓLEOS AL AGUA por ALE CASANOVA.
Cuando Artemiranda me pidió que escribiera un artículo sobre óleos al agua no creáis que me hizo mucha gracia. A los pintores educados en la academia siempre se nos ha dicho que el óleo es la cúspide de las técnicas pictóricas y a la postre la más necesitada de mimos técnicos. Así que el mero hecho de una pintura al óleo soluble en agua podéis imaginar lo chirriante que puede llegar a resultarnos. Y no es porque no hayamos trabajado otras técnicas, en mi periodo de formación trabajé ampliamente con temples grasos solubles en agua, sino que simplemente nos resulta extraño e incluso herégico.
Aún así cojo el guante y me pongo manos a la obra. Quizá no sean tan malos como uno puede prejuzgar.
Para poder hacer una comparativa desde el punto de vista de pintor no encontré mejor manera que probarlos trabajando. Y para ello realicé una serie de tres retratos, uno con cada una de las marcas propuestas, con dos tipos de pinceles diferentes un Escoda Marfil plano carrado de cerda dura, para ver su comportamiento en los empastes y un Escoda Vintage plano carrado de cerda muy blanda para desarrollos y líneas más largas. El soporte será papel especial de óleo con textura de lino.
Antes de meternos de lleno, hago un pequeño ejercicio de degradados que comienza a darnos las claves y características de cada uno de ellos. Para ello un amarillo cadmio claro, el amarillo opaco por excelencia, un azul phthalo y un el blanco titanio (recomiendo el articulo sobre pigmentos blancos de Coque Bayon en este mismo blog ).
La gama de Winsor & Newton se presenta en tubos de 37 ml y 200 ml, la materia tiene poca firmeza y se expande en la paleta.
Contamos con agua como diluyente y con ningún fluidificante (médium), pero sorprendentemente la materia se diluye muy bien en agua, tan bien que el agua puede llegar a parecer un médium líquido. Logrando con mucha facilidad la fluidez adecuada de la materia según tus necesidades. Aunque bien es cierto que su falta de firmeza limita el uso de empastes con pincel duro.
La mezcla entre los tonos es limpia y fácil, tanto con el pincel sobre el soporte, como entre ellos en paleta.
Su poca densidad unida a su magnífica disolución en agua hace que la materia se pueda aplicar en capas finísimas que funcionan muy bien con el pincel de cerda blanda, pero no facilita los empastes con los pinceles duros o las pinceladas que pretendan trabajar la textura de las cerdas.
La aplicación de capas finas produce un extraño efecto de secado, donde la parte de la materia que hace contacto con el soporte seca con relativa facilidad incluso en la primera sesión, pero la capa superior de materia se mantiene activa y húmeda. Como si nos encontráramos ante un trasunto de gouache graso.
Como en la mayoría de los colores al óleo o acrílicos la calidad del blanco es más que fundamental puesto que suele corresponder a un 80% de la pintura que usamos. En este caso, el blanco se queda a las puertas de ser excelente. Una pena pues lastra al resto de colores y, sobre todo, a la fluidez del trabajo. El resto de tonos funcionan perfectamente, incluido el amarillo cadmio claro que siempre suele ser problemático.
Algo que se presupone cómodo en este tipo de colores de óleo al agua es la facilidad de la limpieza de los utensilios. En el caso de los Winsor & Newton ARTISAN la limpieza es rápida, debido a esta capacidad tan marcada de diluirse en agua. Aun así, es aconsejable aplicar algo de jabón indicado para la limpieza de pinceles para óleo, para eliminar cualquier residuo y para proteger la cerda de nuestros pinceles.
Los colores de óleo al agua de Daniel Smith guardan la apariencia de un tubo de calidad artista, presentado en 37 ml. La densidad de la materia de los colores de Daniel es firme y dura, propia de un buen color al óleo, sin excesos de aglutinantes y con una buena carga de pigmento.
En este caso utilizamos un médium de la propia marca que acelera el secado, además del agua como diluyente. En el caso del agua los colores no emulsionan correctamente con el agua, es casi impepinable utilizar alguno de sus médiums para una correcta fluidificación de la materia.
Los propios colores son secos, carentes de fluidez y difíciles de mezclar entre ellos e incluso sobre el soporte para crear degradado. Siempre tendremos que ayudarnos del médium como recurso para trabajarlos.
Durante el trabajo se comporta de forma similar a los Artisan, se produce un secado de la capa inferior que hace contacto con el soporte pero la superficie de la pincelada queda oleosa y fresca.
Si tenemos que recalcar una particularidad excelente de esta marca de colores sería su capacidad para trabajar de un modo empastado, texturado y de pincelada cargada. Que permite resolver ciertas zonas con amplias pinceladas de cerdas marcadas. También hay que destacar la buenísima calidad de los pigmentos y su capacidad de tinción. El blanco titanio aguanta el envite y no lastra el resto de tonos.
La limpieza de utensilios se hace compleja pues al no diluirse con facilidad en agua tampoco se limpia con comodidad solo con agua. Vamos a necesitar obligatoriamente algún jabón en gel o pastilla especial para óleo que elimine todos los restos que se nos queden en la parte baja del pincel y en el interior de la virola.
Si hago memoria los colores Cobra son los primeros colores al óleo miscibles en agua que aparecieron en el mercado o al menos el primero que recuerdo.
Al abrirlos lo primero que sorprende es su exceso de aglutinante que los convierte en un material endeble, blando y en exceso fluido.
Contamos con un médium de la misma marca para ayudarnos en la fluidificación de la materia, pues son realmente complejos de mezclar con agua y conseguir la fluidez adecuada solo con la misma. Además, es complejo encontrar el grado justo de densidad de la materia pues el propio medio tampoco se mezcla en armonía con los colores.
A la postre cuando consigues la fluidez adecuada el tono se vuelve trasparente y poco cubriente.
Los tonos son pobres en pigmento y el blanco titanio lastra todo el trabajo pues es más aglutinante que pigmento blanco.
La propia marca incorpora un jabón especial para limpiar los pinceles, el cual se agradece para limpiar adecuadamente las fibras de los pinceles. Pues solo con agua no es suficiente.
CONCLUSIÓN
En general las pinturas al agua se comportarán como cualquier pintura al óleo convencional. Cada marca tiene sus características específicas que debes tener en cuenta según tu tipo de trabajo y necesidades. Así mismo la calidad de las mismas y el precio serán determinantes para que puedas realizar tu elección. Además, recordar que deberemos respetar los tiempos de secado propios del óleo, para lo bueno y para lo malo, pudiendo realizar trabajos “alla prima” o mediante capas.
No esperemos una equidad al 100 por 100 con los colores al óleo pero si una aproximación muy acertada. Si tuviéramos que hacer un símil diríamos que es más bien un temple graso, un acrílico o un gouache que se aproxima al óleo en su apariencia, aplicación y untuosidad. Son una magnifica opción si tenemos que trabajar en espacios reducidos donde podemos tener problemas de olores, o si tenemos cierto reparo a la utilización de aguarrás.
Por Ale Casanova
Ig: @casanova_ale
Domestika Ale Casanova: https://www.domestika.org/es/courses/949-retrato-artístico-en-acuarela/casanova_ale
Óleo al agua en Artemiranda:
Artemiranda
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