
Con más de seis mil retratos realizados, premios internacionales y exposiciones en museos de Europa, Asia y América, Aurelio Rodríguez López se ha consolidado como uno de los grandes maestros del pastel contemporáneo. Su dominio técnico y su sensibilidad artística lo han convertido en una figura esencial del realismo actual y en un renovador de esta técnica milenaria.

Tu carrera está profundamente ligada al pastel seco. ¿Qué te llevó a convertirlo en tu técnica principal?
Aunque he trabajado con dibujo académico, óleo y grabado, el pastel me ofreció una libertad y una riqueza cromática únicas. Me permite trabajar directamente con el pigmento, sin intermediarios, y eso genera una conexión inmediata con la obra. Con el tiempo he ido desarrollando mis propios soportes, preparando cada lienzo, panel o papel con una imprimación específica para optimizar la adherencia del pigmento.
Has logrado algo inédito: exponer pasteles sin necesidad de cristal. ¿Cómo surgió esa innovación?
Durante años me dediqué a investigar la fijación del pastel seco. Era un reto conseguir que la obra pudiera mostrarse sin cristal, conservando toda su intensidad y textura. Tras muchas pruebas, desarrollé una técnica que mantiene los pigmentos estables. Las obras de la serie Holi son los primeros pasteles de la historia que pueden exhibirse sin protección de cristal. Fue un paso importante, porque permite que el espectador se acerque más a la obra y perciba toda su profundidad.
Tus obras combinan precisión técnica y una dimensión poética. ¿Cómo definirías tu estilo?
Aunque se me ha calificado de hiperrealista, prefiero hablar de realismo mágico. No busco solo copiar la realidad, sino reinterpretarla con una mirada más simbólica o emocional. Me interesa el detalle y la luz, pero también lo que hay detrás de la imagen: una historia, una atmósfera o una emoción. En algunos cuadros aparece mi propia mano dibujando, una forma de invitar al espectador a reflexionar sobre el proceso creativo y el límite entre realidad e ilusión.
Tu serie “Holi” ha tenido una gran proyección internacional. ¿Qué representa para ti?
El Holi es una celebración de la vida y el color. Me atrajo su energía y el contraste entre lo efímero y lo eterno. En esta serie, el color es el verdadero protagonista: pigmentos vibrantes, contrastes intensos y transparencias que evocan el polvo de colores típico de la fiesta hindú. Gracias a esta colección he recibido reconocimientos como el 2º Premio en la VI Bienal Internacional del Pastel en China (2024) y el premio en la 31st International Pastel Exhibition de Taiwán, además de aparecer en la portada de la revista Pratique des Arts y en el catálogo Unisonia junto a artistas como Antonio López.

Has participado en exposiciones y certámenes de todo el mundo. ¿Qué significa para ti ese recorrido internacional?
Más allá del reconocimiento, lo valoro como una forma de que el pastel sea respetado como un medio de alto nivel. Mis obras se han mostrado en ciudades como Nueva York, Miami, Londres, París, Shanghái o Barcelona, y forman parte de colecciones e instituciones como el MEAM, el Museo del Pastel de Suzhou, el Museo del Pastel de Saint-Aulaye o el Art Renewal Center. También he tenido el honor de trabajar para coleccionistas de más de 50 países, incluidas las cortes reales de Bahréin y Jordania, y de recibir premios como el BP Portrait Award 2012 en Londres, el Premio al Mejor Pastel en el Salón Internacional ARC (Nueva York, 2020) o la Medalla de Oro de la IAPS (International Association of Pastel Societies).
Además de tu faceta artística, también eres un gran formador. ¿Qué te impulsa a seguir enseñando? Compartir conocimiento es fundamental. A través de los cursos que imparto en España, Francia, China, Taiwán y México intento transmitir no solo técnica, sino también respeto por el oficio. Enseñar me permite seguir aprendiendo y ver cómo el pastel sigue evolucionando en manos de nuevos artistas.
Aurelio Rodríguez López ha elevado el pastel a una nueva categoría dentro del arte contemporáneo. Su combinación de virtuosismo técnico, poesía visual y constante innovación lo sitúan entre los grandes maestros del realismo actual, demostrando que la emoción también puede habitar en el trazo más minucioso.
Aurelio, muchas gracias por esta charla con Artemiranda.
Artemiranda
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