ALBERTO GIACOMETTI. Arte del s. XX en el Museo del Prado.

Por Sonia García.

Siguiendo con la programación con motivo de su bicentenario, el Museo del Prado acoge, a partir de este próximo 2 de abril y hasta el 7 de julio, la exposición de las obras más representativas de Alberto Giacometti. Este diálogo entre las obras del escultor y pintor suizo y la colección del Prado promete ser uno de los acontecimientos artísticos más importantes del año. La Galería Central del edificio Villanueva será el punto de reunión de las obras y eje principal de la visita.

Alberto Giacometti (Borgonovo, Suiza, 1901 – Coira, Suiza, 1966), siempre se sintió atraído por el arte como medio para expresarse, seguramente por influencia familiar ya que su padre fue el pintor impresionista Giovanni Giacometti. Comienza su formación en la Escuela de Artes y Oficios de Ginebra donde aprendió dibujo y plástica y más tarde se trasladaría a París para seguir sus estudios con el magnífico escultor Antoine Bourdelle, ayudante de Rodin, en la Academia de Grand Chaumière en Montparnasse. Ese ambiente artístico del París de los años 20 marcaría profundamente su obra. Allí pudo desarrollar su particular visión de todo lo que le rodeaba, sobre todo, de su imagen tan personal de la figura humana y de los rostros, rompiendo con cualquier academicismo vigente en escultura, algo que aprendió de su maestro Bourdelle.

En sus primeros años, sus obras se pueden enmarcar dentro del estilo cubista que desembocaría en un surrealismo con el que Giacometti se sentía más identificado. De hecho, en los años 30 entraría a formar parte del grupo de los surrealistas parisinos encabezados por André Breton. A partir de 1940 sus obras se vuelven más expresionistas con la utilización de los mínimos recursos para conseguir el mayor significado y revelación. Comienza entonces el estilo figurativo que todos reconocemos en la obra del artista; figuras alargadas, desproporcionadas, enjutas, de aspecto nervioso, muy expresivas y de textura rugosa.

Jean Paul Sartre, gran amigo de Giacometti, dijo en 1945 que las figuras alargadas del artista eran la representación del hombre surgiendo de la tierra después de la guerra (acababa de terminar la 2ª Guerra Mundial), la imagen de las secuelas, el recogimiento y la soledad del hombre del s. XX. “El artista existencialista perfecto, a mitad de camino entre el ser y la nada”, dijo de él.

En sus trabajos en pintura se mantiene esta idea de aislamiento en el espacio y los modelos se muestran de frente con el foco de atención en el rostro. Prácticamente no tuvo modelos para sus obras, sólo su hermano y colaborador Diego, su mujer Anette y una prostituta llamada Caroline mucho más joven que él y que se convirtió en una obsesión para Giacometti. No necesitaba más porque no buscaba la representación real de un rostro cualquiera si no la búsqueda de la verdad y la esencia del ser humano con la mínima materia, y se obsesionaba y repetía cada tema hasta la extenuación en su pequeño estudio parisino.

Alberto Giacometti es uno de los artistas más importantes del s. XX, no sólo por su maravilloso lenguaje y su conmovedor legado artístico, si no por ser uno de los que mejor ha reflejado la frágil existencia del ser humano, su soledad, y por su ideario profundamente intelectual en una época convulsa como fueron los años 30 y 40.

La exposición que ahora comienza en el Museo del Prado sobre su obra, es una visita imprescindible para cualquier amante del arte que quiera conocer mejor uno de los referentes de tantas generaciones de artistas posteriores.

 

Ficha técnica de la exposición:

ALBERTO GIACOMETTI.

MUSEO DEL PRADO, GALERÍA CENTRAL, EDIFICIO VILLANUEVA.

COMISARIOS: CARMEN GUTIERREZ, STEPHEN AND NAN SWID del MUSEO SOLOMON R. GUGGENHEIM de NUEVA YORK.

FECHAS: 02/04/19 – 07/07/19

ARTEMIRANDA es proveedor oficial del Museo del Prado por concurso público.

 

Fuentes de las fotografías referenciadas: RTVE, ArtNet, Wikicommons, Turismo Madrid.